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¿Libro o manuscrito?



Aquí Teresa.


Esta semana hemos estado un poco intensas con el tema del vocabulario editorial. Lo sabemos, pero, ¿qué puedo decirles?… No nos arrepentimos porque no hay nada más atractivo para un editor, y también para los jueces de concursos literarios, que los autores conozcan la lengua libresca. Además, ¿no es el principio, por definición, de una comunicación efectiva?


Si están incursionando en el mundo del libro, maravilloso que quieran hacerlo de la mano del conocimiento. Si ya llevan tiempo en él, precioso que deseen pulirse un poco más. Ahora, veamos qué vocabulario podemos aprender el día de hoy.


Libro y manuscrito

Es muy común que nos llamen a la oficina y nos digan “Tengo un libro listo y quiero publicarlo”. Si tomáramos esto como correcto, entonces le recomendaríamos que vayan directo a imprenta. Sin embargo, sabemos que, la mayoría de las veces, a lo que se refieren es que tienen un manuscrito listo y quieren hacerlo libro, para luego publicarlo. ¿Y cuál es realmente la diferencia?


manuscrito = obra no publicada


Cuando hablamos de un manuscrito nos referimos a los primeros borradores de la obra escrita, o a la versión final, ya lista para la producción editorial. Digamos, pues, que es la oruga desarrollándose con esmero, para convertirse en mariposa. Los manuscritos pueden estar en formato impreso o en formato digital, la mayoría de las veces preparados en programas de escritura, como MS Word. En muchas convocatorias literarias se solicita al autor el manuscrito, porque, de ganar, este puede convertirse en libro, de la mano de alguna editorial. Lo mismo con las editoriales que buscan manuscritos inéditos: estas requieren que la obra nunca se haya publicado antes.


libro = obra publicada


Y al llegar a esta parte ya se imaginarán que un libro es la versión publicada del manuscrito que mencioné arriba. Este puede estar publicado en formato impreso o digital (eBook). Siguiendo la línea de la oruga, ya el manuscrito superó con creces la producción editorial, y la crisálida se volvió mariposa. Las editoriales, por lo regular, solicitan manuscritos inéditos, pero es posible que algunas estén interesadas en libros ya publicados, y quieran reeditarlos para añadirlos a alguna de sus colecciones.


Entonces, cuando escribimos a una editorial para que nos publiquen una obra, no la llamamos “libro”, sino “manuscrito”; a menos, claro está, que en realidad sea un libro y quieran proponer una reedición, para que lo añadan a alguna colección. También, cuando llamamos a Construye tu Libro, y lo que deseamos es que nos echen la mano con la producción editorial, lo que tenemos listo es un “manuscrito”.


Y hasta aquí dos definiciones más precisas de vocabulario editorial que pueden adoptar cuando se refieren a su obra inédita o publicada.



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