La cubierta tiene alma de relacionista pública
Sentada en mi escritorio, viendo cómo la ciudad se moja con la lluvia de la tarde, me puse a pensar en que la cubierta tiene alma de relacionista pública. ¿A alguien más se le ocurrió esto luego de una mañana tan poco simpática?

¡Hola, autores cafeteros! ¡Les escribe Teresa!
Esta idea me surgió gracias a Antonia, la editora de Construye Tu Libro. Está trabajando en la edición de un manuscrito que trata sobre el oficio del relacionista público, y al escucharla hablar sobre las características de este profesional, me dije que la cubierta bien podría ponerse un corazón y salir a la calle a venderse como uno de estos expertos.
Antes de enumerar qué tienen en común la cubierta y un relacionista público, estaría bien recordar que el libro es un objeto complejo en sí mismo, y la cubierta es una de sus partes mááás complejas. Día sí y día también hay batallas sobre su importancia, y sí realmente tiene que estar guapa, ya que, al final, según dicen, "el contenido es lo que cuenta".
Como diseñadora editorial, y más aún como aficionada a las cubiertas, las defiendo a capa y espada, porque el libro debe verse unificado, tanto por dentro como por fuera. Estas merecen la misma atención que el contenido, porque, a fin de cuentas, es la puerta por la cual entrará el lector. Ahora que lo pienso, desde con estas descripciones empiezan a verse las similitudes entre una cubierta y el relacionista público. Y a continuación dejo otras:
Tienen que trabajar en equipo
Un relacionista público tiene que apostarle al "teamwork". La cubierta también. Sola no llegará a ningún lado, así que tiene que tener buenísima comunicación, y combinar, no solo con el interior del libro, sino también con todas las demás partes que la componen, como el lomo y las solapas.
Deben ser buenos con las palabras
Así como un relacionista público, la cubierta tiene que comunicarse y convencer a través de las palabras. ¿Recuerdas que la gran mayoría de los libros incluyen un texto atractivo en la contracubierta, cuya misión es atrapar al lector? Pues, de las breves palabras que se añaden en esta parte del libro depende que este tenga un rinconcito en el librero de un lector.
Les toca ser carismáticos...
Cautivar, pues. Representen a quienes representen, tanto la cubierta como el relacionista público tienen que atraer a sus objetivos. Esta tarea la harán con naturalidad, si creen en quienes que representan. También tienen que saber interpretar a sus objetivos (en el caso del libro, el lector), para que les ofrezcan un trato y una atención exclusiva.
y detallistas...
El relacionista seguramente tiene que cuidar más de un aspecto a la vez. La cubierta también. Cada fragmento de la cubierta dice algo; desde dónde se ubica el título, hasta eso que ocultará el ISBN en la contracubierta. Son detalles minúsculos que guardan significados que dicen mucho.
... y creativos
Para atraer al público, y sobre todo cuando de la venta depende que compremos o no el cafecito de la tarde, la creatividad es todo. Y ambos, la cubierta y el relacionista público, tienen que apostarle a la creatividad. Además, eso que presentan debe dejar ver que hubo dedicación, estudio, análisis previo... Que le echaron ganas, pues.
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Como puedes ver, no estoy tan loca en realidad. La cubierta y un relacionista público pueden compartir oficina, y una cervecita en la tarde. Ahora bien, ¿la cubierta de tu libro es así de virtuosa?